Esta granja y cooperativa agrícola, a 25 km de Cajamarca, es una iniciativa que produce papas y productos lácteos entre otros. La comunidad de habla quechua se ha organizado para preservar sus tradiciones y sus costumbres, preservar su entorno natural y mejorar su rentabilidad económica y al mismo tiempo ofrecer productos de calidad. Un ejemplo inspirador para las comunidades andinas del Perú.